9 de agosto de 2015

Mi vida en la Santería 31: venganza mayombe



1.
- te acuerdas de Jorge? – cuestiona el Babalowo llamado T desde el otro extremo de la línea…
- conozco a muchos Jorges – le contesto somnoliento…
- es un Ngüeyo que salió hijo de Oya en la Mano de Orunla – aclara…
-aaah… ya sé cuál Jorge…
- va hacerse unas obras el sábado con Tata Manuel – comenta…
- y eso? – me intereso: escuchar ese nombre me pone de buen humor…
- trae sus problemas – responde escueto – y salió de pleito con su padrino de Palo por haberle robado el dinero que le entregó para que le fundamentara su Nganga, así buscando quién le preste una Prenda lo presenté con Tata Manuel y aceptó hacerle las obras…
- y entonces? – lo cuestiono…
- necesito un favor: no puedo acompañar a Jorge, así que necesito vayas tú y de paso negocias el rayamiento de mis tres ahijados…
- de acuerdo – le respondo…
- … en vista de que no me los quieres marcar – se queja de nuevo por mi negativa a realizar iniciaciones…
- no empieces – protesto y para no exponer de nuevo mis razones agrego entre risas – ni aunque fueras mi padrino lo haría…

2.
Tata Manuel es un mulato de edad indefinida, alto, delgado, macizo y de origen desconocido… algunos dicen que es cubano y otros dominicano, pero habla bien el español, sin modismos ni cantaletas, más de dónde viene es lo de menos: se trata de un experimentado Nkisi que posee una Nganga Centella Ndoki que con sólo ponerse a su lado te sacude

No lo visito sin motivo pues es un poco huraño, pero trabajar religión con él es una gran experiencia no sólo por lo que sabe, sino por los detalles que revela de sus obras a quienes le simpatizan (aparte permitir tomar nota de ellas), así que no dudé en hacer el favor a T…

3.
La cita es en el Mercado de Sonora al medio día y aprovecho para adquirir materiales como pólvora, aceite negro y sobres de polvos agrios (tan difíciles de conseguir)… termino y acudo a la zona de hierberas donde cité a Jorge… al saludarlo veo colgando de su hombro derecho una mochila deportiva y en la mano izquierda una caja de cartón…

- veo que ya hiciste tus compras – suelta…
- igual que tú – contesto señalando su maleta y se pone nervioso…
- nos vamos? – sugiere…
- claro – acepto y nos encaminamos al estacionamiento de la tienda de autoservicio donde dejo mi auto para evitarme confrontaciones con los cuida-coches que abundan alrededor del mercado… 


4.
- andas atorado? – lo interrogo mientras conduzco…
- sí… algo… bueno, yo no – duda en responder…
- el país está del carajo – me quejo…
- alguien se pasó de pendejo – exclama con rabia – un taxista quiso violar a la nena de mi hermana, lo metimos a la cárcel, repartió dinero, ya anda libre y burlándose de la familia…
- pinche gente – protesto…
- para eso veré a Tata Manuel: si la ley de los humanos no funciona, la de Nzambi me consta que sí – exclama y mientras el tráfico avanza lento, cambia de tema y comenta - creo que ya es hora de coronar Osha…
- cuál es tu prisa? - lo interrogo…
- en mis últimos registros al pie de Orunmila salgo osogbo y T me dice que es porque ya debo hacerme el Santo…
- hay que revisar los signos que te brinquen – señalo…
- te animas a ser mi padrino? – suelta sin más…
- yo?! – me toma por sorpresa…
- sí – confirma sosteniendo su mochila con actitud protectora…
- no puedo – le respondo tajante…
- lo supuse: tienes fama de no hacerte de ahijados – se queja…
- hay un motivo – aclaro sin saber por qué, ya que no doy explicaciones sobre mis decisiones – Yemayá no puede parir Oya…
- por qué? – pregunta sorprendido…
- qué sucede cuando se juntan el agua y el viento? – lo interrogo más no contesta - se forma una tormenta, por eso Yemayá no pare Oya: de hacerlo tú coronación acabaría mal, los hijos de la dueña del mar nunca están presentes en un paritorio de Oya… antes y después sí… aunque hay Oriatés que prohíben rotundamente nuestra presencia en un Santo…
- y tu esposa querrá? – insiste…
- también es hija de Yemayá – digo y nos quedamos otra vez en silencio…

5.
Me estaciono frente a la casa empezando la tarde, toco el timbre y su hija nos abre la puerta, entramos y la seguimos hasta la habitación religiosa de Tata Manuel: me hinco frente a su Centella Ndoki con la cabeza hacia el frente, los brazos cruzados por la espalda y saludo:

Con licencia Sambia Nsulu, Sambia Ntoto, Sambe Nsukuru, Sambe Bilongo, con licencia to guarian kongo, con licencia del padrino de mi padrino, con licencia a de mi Padrino Tata… con licencia de mi Nfumbe, mis muertos y mis guías… con licencia de Tata Manuel aquí presente, con licencia de Yaya Hortencia aquí presente, con licencia parte todo pa-dentro, parte todo pa-afuera…

Y así sigo hasta que termino, Tata Manuel me levanta, me acerco a la Nganga y doy tres golpes en la orilla del caldero…

- Nsala malekum mpangui lo saludo a su vez (chocando hombros, brazos y manos al estilo del Cabildo) y agrego: Sala mu leka, me planto frente a su esposa diciendo: Nsala malongo lembe Yaya y repito el ceremonial aunque con ella uso menos movimientos…

- desde los tiempos de Andilanga que no te apareces por acá – bromea él mientras ella se aleja…
- es por mi trabajo… me absorbe bastante…
- lo sé – reconoce y de inmediato cuestiona – te tocó traer a Jorge?…
- sí – digo y los dos nos reímos – y T me mandó a pedirte un favor…
- creo saber qué es… algo me comentó – avisa encaminándose hacia su Nganga – pero vamos a trabajar lo de su ahijado y luego platicamos…

Jorge extrae de la maleta una botella de whisky, un pequeño sobre y los deja en el suelo, Tata Manuel se acerca revisa la botella, después abre el paquete y descubre que su contenido es polvo blanco…

- es lo que creo? –voltea a ver con dureza a Jorge…
- sí – le sonríe – usted me dijo que le ofreciera algo, fue eso lo que le prometí y su Nfumbe aceptó… 


- carajo!! – grita el religioso al tiempo que dirige una fría mirada hacia la Nganga – voy a tener que hablar seriamente con él – todos nos quedamos en silencio hasta que advierte - sólo porque ya se cantó y se trata de hacerle justicia a tu sobrina, más no me hace gracia dársela a éste
- usted comentó que en vida su muerto consumía de todo – trata de explicar Jorge, pero Tata Manuel levanta la mano para acallarlo...
- empecemos – ordena…

Tata Manuel tira los chamalongos, hace preguntas que reciben un “sí” de parte del Nfumbe, después voltea a verme y dice kuenda… enciende un habano… abre la caja y saca una gallina negra, le sopletea pico, alas y patas con aguardiente, me la ofrece pero la rechazo con diplomacia (no pienso involucrarme en esa venganza), sonríe, me pide que lo ayude con los cantos y comienza a limpiar a Jorge…

Canto un mambo: yo tengo un perro, se llama como quiera, se mete donde quiera y acaba con cualquiera… yo tengo un perro que come cana brava, que come cana brava… mientras Tata Manuel entrega la gallina (sobre un “cartucho” preparado en papel estraza), abre la botella de whisky y sopletea a su Nganga, hago lo mismo y Jorge nos imita…

- distribúyesela bien – ordena el mulato refiriéndose a todo el licor mientras los tres cantamos, abre el sobrecito, ve su contenido y su rostro se endurece de nuevo: se lo entrega a Jorge y manda espolvoreársela mientras él saca cuatro velas negras, las prepara y coloca alrededor de la Nganga, las enciende y vierte una gran cantidad de chamba dentro del caldero…

Después pinta en el suelo una patipemba con un trozo de carbón, la remarca con fula, acerca la braza del habano, ésta enciende y nos ciega momentáneamente… cuando las candelillas se consumen Tata Manuel hace preguntas con los chamalongos, coloca el cuerpo de la gallina negra sobre la Nganga y da por concluido todo…

- dile a T que me llame por teléfono para platicar sobre este asunto – me pide y señala con un ademán a Jorge: sigue molesto y ello seguramente influirá en los rayamientos que T pretendía…

Me despido de la Nganga limitándome a dar tres golpes en el caldero pues está comiendo… le suelto a Tata Manuel un Sala ka le y cumplimos con el ritual de chocar hombros, brazos y manos: su trato conmigo se mantiene amable… Jorge también se despide y salimos del Cabildo…

6.
- ahora sí el cabrón taxista verá su suerte – sentencia el joven sin ocultar su satisfacción…
- supongo – respondo secamente y entre irritado e incómodo concluyo que tardaré mucho tiempo en regresar al cabildo de Tata Manuel…


* la patipemba que acompaña este texto es para fines ilustrativos, no devela secretos religiosos ni tiene validez alguna...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buscaba jorge con esa obra? La muerte del taxista?

ujule rachid dijo...

hola anonimo, venganza... saludos...